En la etapa de Educación Infantil el dibujo aporta información del niño, además de influir de manera muy significativa en su desarrollo. El niño dibuja lo que conoce, lo que ha aprendido e interpreta el mundo que le rodea de manera subjetiva e individual y responde al mismo, en función de sus propias actitudes, intereses, aptitudes, hábitos, deseos o estados de ánimo. Es aquí donde radica la riqueza del dibujo infantil.
Al mismo tiempo de ser una fuente de expresión es una actividad que ayuda a desarrollar varios aspectos cognitivos: favorece la psicomotricidad fina, aporta calma y seguridad, ayuda a desarrollar la creatividad y es clave para el desarrollo posterior de la lectoescritura.
No podemos fijar un momento exacto en el que el niño comienza a dibujar todo depende del ambiente en el que se desarrolla y la estimulación que éste recibe o los materiales a los que tiene acceso. Cada niño lleva consigo su propio proceso de aprendizaje.
Sobre el primer año los niños comienzan a realizar sus primeros trazos, es decir suelen coger un lápiz y hacer rayas sin sentido para ellos. Posteriormente empiezan a ser representadas algunas formas. Las primeras representaciones que suelen aparecer son los círculos que los niños empiezan a relacionarlos con objetos e incluso pueden hacer referencia a alguna persona cercana con la que tiene un gran vínculo afectivo. En esta etapa empiezan a experimentar con los colores y siempre suelen dibujar con sus colores preferidos. Cercano a los tres años, los detalles del dibujo van aumentando y ya muestran una intención comunicativa.
Beneficios del dibujo libre:
- Desarrollo de habilidades motoras finas.
- Mejora de la coordinación mano-ojo.
- Fomento de la creatividad y la imaginación.
- Aumenta la concentración.
- Favorece la comunicación y la habilidad para expresarse.
- Ayuda a la relajación
- Canaliza los conflictos y las emociones negativas
- Aumenta la autoestima.
¿Cómo posibilitar el desarrollo del dibujo? ¿Qué destrezas podrían ser más adecuadas para motivar la creatividad? Cuando nos referimos a creatividad hablamos de la capacidad para innovar en el uso de materiales, soportes y técnicas para crear un dibujo único, no copiado ni preestablecido.
Cuando el niño experimenta lo que es dibujar descubre un inmenso placer de manipular y crear por uno mismo y es un gran paso en su desarrollo. El problema surge de la intervención externa. Los adultos buscamos la representación de la realidad tal y como la vemos o entendemos y no tal y como ellos la viven. Lo primero es tener una actitud abierta y dejar de lado nuestros condicionamientos.
¿Cómo podemos acompañarlos sin cortar las alas a su creatividad? Cuando hablamos de no interferir, no significa que no podamos acompañarlos o enseñarlos cómo mejorar. Una cosa es mostrar interés y otra distinta corregir continuamente. Algunos consejos para acompañar a los niños mientras pintan, pero sin interferir en su creatividad:
Preguntar sobre lo que está dibujando, mostrando atención. ¿Qué estás dibujando? o ¿por qué has dibujado esa casa ahí? Las preguntas les ayudan a pensar sobre el dibujo, sobre lo que están realizando y también a expresar lo que piensan o sienten sobre lo que están pintando.
Ofrécele materiales distintos. No te límites a las pinturas o rotuladores, puedes usar esponjas, pinceles, sus manos …, prueba también con distintas superficies. Si te preocupa que se manche, recuerda que existen babys para que puedan utilizar las pinturas sin miedo a las manchas.
Participa del dibujo con ellos. Muestrales nuevas técnicas o estilos para que puedan aprender.
La clave es no corregir y no poner atención en el resultado, sino en el proceso. Para ello, elogia su creatividad y valora su dedicación y esfuerzo.